11/13/2007

1/1-29 DE DICIEMBRE DE 2005

Se fue Federico, deslizándose entre las manos de Mamá, Papá, tío Sergio, el Dr. Dimas, Lili y un coro de corazones de todo el plantel de SePyn, el ruego de tíos, primos, abuela, cientos de amigos y conocidos que, alocados, querían detener el tiempo para darle oportunidad a la esperanza de que tal vez, unas horas, eran las que faltaban para que se produzca un milagro. No nos escucharon .
No pudo ser. Su último suspiro humedeció los ojos de todos, fundiendo un solo sentimiento de dolor e impotencia ante la realidad de su partida.
Para Mamá y Papá no existirá consuelo porque nada es explicable y, si lo fuera, nada es entendible.
El silencio, la insoportable soledad ha ocupado el lugar de Federico. Se siente el corazón estallar en mil pedazos pero con el martirio de quedar con vida.
La fuerza que nos trasmiten sirve, pero perdimos el oxígeno, las manos, las alegrías, se nos fue la vida.
Hay que seguir… hay que seguir, escuchamos, entonces dentro de nuestra debilidad, se encienden llamitas de esperanzas. No aflojar, no defraudar a quienes se entregaron y jugaron por El en una forma que va más allá de lo creíble.
Admirable comportamiento de las enfermeras, auxiliares y cuerpo médico de SePyn. Sería injusto nombrar a uno de los integrantes que atendieron a FEDE, porque todos lo “absorbieron” con profesionalismo, dedicación y especialmente: amor.
Pero no puedo dejar de destacar al Dr., perdón, SEÑOR Dimas Picon. Sus cualidades humanas son de descripción inimaginable, hemos encontrado un profesional excelente, un amigo increíble, una persona de fe y espiritualismo conmovedor que nos llevó a pasar más de 24 días con esperanza y fe. Un amigo de Federico que lo acompañó largas horas, pidiéndole silenciosamente que se quedara.
Desde esta situación nosotros y desde el cielo FEDE, agradecemos eternamente a todos, a partir de hoy más amigos que nunca.

Mónica y Ormando

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