9/4-FEDERICO

Esta insoportable soledad
aviva constantemente
cada instante de tu existencia.

Tu voz, tu risa y tu canto…
forman parte de este
irremediable silencio.

Tu existencia vertía mi vida de felicidad,
esta ausencia no admite razonamiento
que pueda mitigar
el dolor que desgarra
segundo a segundo mi alma.

Si antes exclamaba quererte
compartiendo mi corazón con otros afectos,
hoy todos me han regalado
la capacidad de amar…
para que pueda gritarte
desde este lugar al cielo
¡Cómo te quiero hijo mío…!

Papá